viernes, 28 de marzo de 2014

Cuarto domingo de Cuaresma

1 Sam 16,1.6.7.10-13: David es ungido rey de Israel.
Ef 5,8-14: Caminad como hijos de la luz buscando lo que agrada al Señor.
Jn 9,1-41: ¿Crees tú en el Hijo del hombre?

La dinámica de la conversión, tema central de la Cuaresma, es progresiva, según la propia pedagogía de la fe. En los domingos anteriores hemos visto qué implica la conversión y cuáles son sus pasos. Con el acierto y la profundidad de sus relatos, el evangelista San Juan ha situado la conversión en el corazón del hombre, sediento de Dios y, por tanto, necesitado del agua viva de la salvación para saciar plenamente su sed. En el Evangelio de hoy Jesús muestra la otra gran necesidad del hombre de todos los tiempos: la luz que ilumina el sentido último de su vida.

Decía el filósofo Platón que la función de la luz es iluminar, pero que un exceso de luz en los ojos, como nos ocurre cuando miramos directamente al sol, acaba por cegarnos. De ahí que tan ciego está uno que queda deslumbrado por los destellos de los rayos de la luz como e lque permanece en la oscuridad total. Ambos necesitan de la transparencia y claridad de la luz que les libre de sus respectivas cegueras. Ambos, por tanto, necesitan reconocer que se encuentran ciegos. Es el primer paso en el camino de la conversión. Por eso, si no reconocemos nuestras propias deficiencias nunca tendremos necesidad de aquello que nos hace falta –lo que no quiere decir que no lo necesitemos- y, en consecuencia, nunca iniciaremos el proceso de la conversión que nos devuelva paulatinamente la vista.

La escena del Evangelio de hoy es bien conocida: Jesús cura a un ciego de nacimiento. Es una escena que tiene una polémica de fondo bien precisa: la lucha continua de Jesús con los fariseos, guías ciegos que conducen a otros que están tan ciegos o más que ellos. Pero detrás de los personajes que configuran la escena, se nos manifiestan las actitudes de vida que uno y otros encarnan.

El ciego de nacimiento es el símbolo de la actitud positiva ante el don de la salvación que Dios le ofrece. El ciego sabe que está ciego, y es este <<saber>> el que lo capacita para abrirse a la luz de Dios. Sólo quien sabe de sus cegueras puede curarse de ellas; sólo quien toma conciencia de las oscuridades de su vida hace todo lo posible por salir de ellas; sólo quien se da cuenta de que en su vida está falto de Dios, inicia el camino de búsqueda y encuentro con Dios.

Los fariseos son el símbolo de la actitud negativa y de rechazo de la salvación de Dios. Son tan ciegos o más que el ciego de nacimiento, pero con una gran diferencia: no <<saben>> que están ciegos, y, por tanto, están incapacitados para la conversión. ¿Cómo pueden necesitar la salvación de Dios si no reconocen que están necesitados de ella? Por eso en los fariseos se produce una de las grandes paradojas de la vida: el exceso de luz les ciega. Saben tanto, se creen tan cumplidores de la ley y, por tanto, tan buenos, que no necesitan de ninguna salvación. Ya están salvados. Es el pecado de la soberbia, propio de quienes se creen con derecho a todo, pasando por alto al mismísimo Dios. También los cristianos de hoy tenemos que preguntarnos por nuestras cegueras, porque a veces tanta claridad, como al os fariseos, nos deslumbra y nos impide iniciar el proceso de la conversión del corazón.

Hay distintas clases de cegueras. En primer lugar, hablamos de la ceguera de la perfección, que se caracteriza por <<creerse>> uno totalmente bueno o, en su defecto, exento de todo pecado, según el dicho: <<Yo ni robo, ni mato, ni hago mal a nadie>>. En uno y otro caso la cuestión es siempre la misma: ¿qué necesidad tengo yo de Dios, si ya soy un santo? Así, la ceguera de la perfección nos imposibilita totalmente para acceder a la luz de Dios. Una buena pedagogía de la conversión requiere que comencemos por reconocernos relativos y limitados, sabiendo que no hay nadie totalmente santo sino Dios. Ésta fue y es la idea motriz que sigue impulsando a las personas santas de todos los tiempos.

En segundo lugar, está la ceguera de la ortodoxia, que se caracteriza por pensar que con cumplir y ser fiel al pie de la letra con lo que manda la Iglesia ya se está salvado, según el dicho: <<Soy un buen cristiano porque cumplo todos los mandamientos de Dios y de la Iglesia>>, sin advertir que no salvan nuestras obras, sino Dios. Está bien y es necesario cumplir con todo lo que Dios y la Iglesia mandan, pero siempre y cuando partamos de un corazón que confía en la gracia de Dios y no en sus solas fuerzas. Igual que en la ceguera anterior, una buena pedagogía de la conversión requiere que seamos humildes y sencillos, porque las obras por sí solas no salvan si Dios no está animándolas. No salvan las obras en sí, sino el cariño, el amor y la entrega que en ellas pongamos al realizarlas.

En tercer lugar, están las cegueras de cada día: nuestras vanidades, nuestros caprichos personales, nuestras terquedades, nuestros egoísmos refinados, nuestras falsas generosidades… que poco a poco van oscureciendo la luz de Cristo que ilumina nuestra vida. Una buena pedagogía de la conversión requiere que no dejemos pasar las oportunidades diarias que Dios nos ofrece a fin de reconocer nuestros fallos y pedir perdón por ello. Hemos de tener en cuenta el adagio: <<Lo poco, con el tiempo es mucho>>. Si no nos educamos en la conversión diaria nunca nos convertiremos del todo; si no reconocemos nuestras pequeñas cegueras, difícilmente podremos reconocer las de mayor importancia; si corremos el riesgo de quedarnos ciegos.

Mis queridos amigos y hermanos, analicemos cada uno las cegueras de nuestra vida, convirtamos el corazón al Señor y dejémonos inundar por la claridad de su luz.

miércoles, 26 de marzo de 2014

Conferencia "El Camino de la Cruz: Lugares Santos de Jerusalén"

Martes, 1 de abril | 20,30 horas
Salón de actos | Fundación Miguel Castillejo


El próximo día 1 de abril tendrá lugar la conferencia titulada "El Camino de la Cruz: Lugares Santos de Jerusalén", que correrá a cargo del profesor de Derecho Civil en la Universidad de Córdoba, Juan Luis Sevilla Bujalance, cofrade de la Buena Muerte y pregonero de la Semana Santa de Córdoba 2013.

Libre acceso hasta completar aforo.

domingo, 23 de marzo de 2014

"Exaltación de la Saeta"

Viernes, 28 de marzo | 20,30 horas
Salón de actos | Fundación Miguel Castillejo


El próximo viernes contaremos en la Fundación con la presencia de Antonio Mendoza Cabello, Cofrade de las hermandades del Huerto y de la Virgen de la Cabeza de Córdoba, y que pertenece además a las de Ntra. Sra. de la Soledad de La Rambla y a la de la Virgen de la Cabeza de su localidad natal.

El iliturgitano, pregonero de Gloria de 2011 y que ha pronunciado también el Pregón de la Semana Santa de La Rambla, la Exaltación a Mª Stma. de la Candelaria de Córdoba, la Exaltación a la Saeta, así como los pregones de la Virgen de la Cabeza de Jaén y Córdoba, o el de la Divina Pastora de Jaén (en dos ocasiones), entre otros; será el encargado de dirigir la "Exaltación de la Saeta".

La conferencia - concierto será presentada por Mª Luisa Mendoza Alguacil y contará, al igual que ocurriera con la primera edición que tuvo lugar en nuestra Fundación en 2012, con la actuación de los alumnos de la Escuela de Saeta "Francisco Castellón": Rosario Córdoba, Francisco Camacho y Natalia Flores.

Libre acceso hasta completar aforo.

viernes, 21 de marzo de 2014

"Barbieri y Arrieta: aportación a la lírica"

Jueves, 27 de marzo | 20,30 horas
Salón de actos | Fundación Miguel Castillejo


Para celebrar el día mundial del Teatro, Julio Sánchez Luque, académico correspondiente de la Real Academia de Córdoba, dirigirá la conferencia "Barbieri y Arrieta: aportación a la lírica".

Durante dicho encuentro se ofrecerá un programa musical a cargo de las soprano Carmen Blanco y Conchi Martos, el tenor Fernando Carmona y el barítono Domingo Ramos, acompañados por la pianista Silvia Mkrtchyan.


Libre acceso hasta completar aforo.

Tercer domingo de Cuaresma

Éx 17, 3-7: ¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?
Rom 5,1-2.5-8: El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones.
Jn 4,5-42: Adorarán al Padre en espíritu y verdad.

Las tentaciones, innumerables en cantidad y en calidad, nos asaltan ininterrumpidamente durante el decurso de nuestra vida. Todos tenemos experiencia de esta aciaga y amarga realidad. Sin embargo, todas las tentaciones se reducen a tres: la tentación del materialismo, la tentación del cientifismo y la tentación del poder. Tres tentaciones que compendian en un solo trazo la hondura del mal que asalta constantemente al hombre; tres tentaciones que apuntan directamente a la soberbia de la vida: el <<querer ser dios>> del verdadero Dios. De ahí la certera y radical pregunta que pone al descubierto las verdaderas intenciones del alma humana: <<¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?>>.

Es la pregunta central que se hace el pueblo de Israel en su larga travesía por el desierto, y que a su vez constituye toda una pedagogía de la fe para los creyentes de hoy. En efecto, el pueblo de Israel nunca acabó de confiar –esto es la fe- en Dios. Una y otra vez le exigía pruebas de su poder como conditio sine que non para creer. Ante las dificultades materiales, como cruzar el mar Rojo, paliar el hambre y la sed en un contexto tan hostil e inhóspito como el desierto, el pueblo de Israel duda una y otra vez: <<¿Está o no está el Señor en medio de nosotros?>>. Lo que Dios ha hecho por su pueblo en anteriores ocasiones de nada vale. ¿Por qué? Sencilla y lisamente porque su fe es una fe superficial, sin fondo teológico. La relación del pueblo de Israel con el Señor no partía de la confianza y del amor a Dios, sino del más mezquino interés: Dios nos interesa siempre y cuando nos ayude a salir de los apuros. Por eso, ante nuevas dificultares que se plantean surge de nuevo la inseguridad, la incertidumbre, el no saber a qué atenerse.

Es también la amarga realidad que nos asalta y azota a los creyentes de hoy. Ante un mundo que se presenta como todopoderoso, ¿para qué seguir creyendo en Dios?; ante el milagro de la ciencia y de la técnica, capaz de solventar todas nuestras dificultades y necesidades materiales, ¿para qué seguir creyendo en los milagros de Dios? Por eso la gran tentación de esta hora es prescindir de Dios por inútil e inservible. Dios no hace milagros –dice el hombre de la técnica- porque el hombre lo puede todo. Así, los creyentes nos vamos posicionando en las filas de quienes han convertido la técnica en dios, sucumbiendo a la tentación que nos habla de la <<muerte de Dios>>, en el decir de Nietzsche. Es entonces cuando surge la pregunta: <<¿está o no está Dios en medio de nosotros?>>; es decir, ¿para qué sirve creer? ¿Necesitamos realmente a Dios?.

Jesús en el Evangelio, como en tantas y tantas ocasiones, abre las puertas de nuestras inquietas y graves preguntas. El hombre ebrio de autosuficiencia acaba por secarse y morir. No es Dios quien muere, sino el hombre. El cristiano que, contagiado del más sórdido materialismo, ha dejado de confiar en Dios, de creer en Él, de amarlo con todo su ser, con toda su mente y con todo su corazón, es un cristiano que ha perdido la esencia de su vida y su señal de identidad. es como la sal que se ha vuelto sosa o la luz que ya no alumbra, por seguir el paralelismo evangélico.

Jesús nos invita, como invita a la samaritana, a la conversión, que tiene un único centro: el encuentro entre dios y el hombre. Dios se acerca al hombre, a nosotros; pero cada uno de nosotros tenemos que iniciar el camino de vuelta al Padre. Frente a las felicidades materialistas que nos proporcionan los falsos ídolos del dinero, del poder, del placer o del consumo, que no son dadoras de sentido y que no llenan nuestro corazón -<<el que bebe de esta agua vuelve otra vez a tener sed>>-, Dios nos da el agua viva de su gracia, de su amor, de su misericordia, que llena de sentido todo el horizonte de nuestra vida; por eso, <<ya nunca más volveremos a tener sed>>. Dios, y sólo Dios, es el único y verdadero Dios.

Pero, ante esta benevolencia divina, los cristianos tenemos que iniciar el camino de vuelta a Dios: <<Señor, dame esa agua>>, dame tu gracia. Aquí me tienes, perdona mis pecados. Confío en ti. Tú solo eres mi Dios. Es la fe que ha iniciado lo que Von Balthasar llama la <<reestructuración de la persona entera>>. Es la fe que ya no titubea, aún en medio de los avatares que son constitutivos y constituyentes de la vida.

Salir al encuentro de dios supone amar a  dios con todo nuestro ser y con todas nuestras fuerzas. un amor que, como tantas veces hemos repetido, es extensivo a los demás- Por eso, todo encuentro con Dios supone un salir de <<sí mismo>> para ir al encuentro de los demás, sobre todo de los más necesitados. Queridos hermanos, saquemos dos consecuencias para nuestra vida: primera, que sólo el amor de Dios llena en plenitud nuestro corazón frente a otros amores vacíos y sin fondo. Segunda, no hay más ni mejor proyecto de vida que amar a Dios, amando intensamente a nuestro prójimo.

lunes, 17 de marzo de 2014

Resumen de actividades del centro María Rivier

El Centro de Promoción, Formación e Integración de la Mujer Inmigrante María Rivier, sito en la calle Músico Ziryab nº4, cumplió el pasado mes de febrero su décimo año de actividad social por los más desfavorecidos. Miguel Castillejo Gorraiz, a través de la fundación que lleva su nombre, colabora con esta labor desde el año 2009 financiando el local y la realización de las actividades formativas que en él se llevan a cabo. 

Las hermanas de la Presentación de María son las encargadas de llevar a cabo esta importante tarea a través de los distintos talleres, cursos, clases, conferencias, encuentros o reuniones, que buscan conseguir una mejor adaptación e integración en nuestra sociedad del colectivo inmigrante. El objetivo principal es ofrecer capacitación profesional en distintos aspectos, entre los que se abarca el trabajo del hogar, la cocina mediterránea o el cuidado de niños y personas mayores, aunque también se insiste en dar a conocer la cultura, costumbres y tradiciones de nuestra sociedad.

ENERO


- colocación de alumnos del finalizado curso de Auxiliar en Geriatría en residencias de mayores de la capital cordobesa.
- apertura de curso de lengua española, en turnos de mañana y tarde.
- apertura de curso de Auxiliar en Geriatría (200 horas: 60 parte teórica y 140 parte práctica).
- celebración del Día Mundial de las Migraciones (20 de enero), organizado en el Obispado, con Eucaristía de Monseñor D. Demetrio Fernández Obispo de Córdoba y diferentes actividades, como la proyección de la película “El puerto del Havre”. 

FEBRERO
- colocación de alumnos del finalizado curso de Auxiliar en Geriatría en residencias de mayores de la capital cordobesa, tales como Los Dolores, Jesús Nazareno, Santa María,  La Trinidad, San Juan de la Cruz, Hogar de San Rafael, hogar de San Rafael (Montilla) y Hospital-Residencia San Sebastián (Palma del Río). 
- apertura del segundo Taller de cocina del curso 2012-2013 (30 horas), que llegó a 30 alumnos.

MARZO


- finalización del curso de Auxiliar de Geriatría.
- finalización del Taller de cocina (cocina mediterránea y manipulación de alimentos).
- apertura de curso de Auxiliar de Educación Infantil (105 horas: 30 parte teórica y 75 parte práctica), con bastante afluencia. 

ABRIL


- clausura de curso de Auxiliar en Geriatría, con entrega de diploma acreditativo y certificado de prácticas emitido por los centros correspondientes.
- clausura de curso de cocina, con entrega de diploma acreditativo y recetario de comida mediterránea.
- comienzo del Taller de Cocina del Mundo organizado por la ONG Córdoba Acoge y avalado por el Ayuntamiento de Córdoba. 

MAYO
- comienzo de la parte práctica del curso Auxiliar de Educación Infantil, entre los que se encuentran: El Jardincito, Snoopy, Zaida, Mis primeros pasitos, San José, Piratas, Chocolate y Fantasía, Vial I, Doña Berenguela, Mi Casita (Santa María de Trassierra) y Dumbo (Montilla). 

JUNIO
- clausura del curso Auxiliar de Educación Infantil y entrega de diploma acreditativo. 
- finalización de cursos de inglés y francés.
- reunión de información humano-cristiana impartida por el P. Miguel Ángel Vílchez cuyo tema era El Amor no termina nunca de la Carta a los Corintios.

SEPTIEMBRE
- comienzo de los dos turnos de clases de español.
- reuniones con profesorado para la organización de los nuevos cursos.

OCTUBRE


- inauguración del curso de Auxiliar de Geriatría en dos grupos. Llama la atención la menor afluencia de inmigrantes de Sudamérica y el aumento de jóvenes africanos e inmigrantes de la Europa del Este.
- inauguración del Taller de Cocina, con temas relacionados con la dieta mediterránea y otros como “Derechos y deberes de la empleada de hogar”, “Limpieza de la casa en el entorno cordobés” y “Manipulación de alimentos”.

DICIEMBRE
- clausura de curso de cocina y entrega de diplomas.
- desarrollo del curso Taller de Cocina del Mundo organizado por la ONG.
- Fiesta de la Presentación de María con celebración de Eucaristía.
- finalización de la parte teórica del cursa de Auxiliar en Geriatría.

miércoles, 12 de marzo de 2014

Segundo domingo de Cuaresma

Gén 12,1-4: Sal de tu tierra hacia la tierra que te mostraré. Haré de ti un gran pueblo.
Tim 1,8-10: Él nos salvó y nos llamó a una vida santa.
Mt 17, 1-9: Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadle.

Celebramos hoy el segundo domingo de Cuaresma, en el que se nos relata para nustra reflexión la Transfiguración del Señor en el monte Tabor. Es una escena muy cargada de simbolismo, por cuanto es una invitación a responder a la gracia de Dios que se derrama en nuestros corazones.

Bonhoeffer, gran teólogo comprometido, comentaba que los cristianos tenemos el peligro de huir de una gracia verdadera y cara y quedarnos con la posesión y la quietud de una gracia barata, ramplona. Y así es. Cuando recibimos los sacramentos, acrecentamos la gracia de Dios en nosotros es la gracia a la que debemos aspirar, en oposición directa contra esa gracia barata que consiste en tomar los sacramentos como ritos mágicos que nos transmiten la gracia automáticamente, sin nuestra colaboración.

Jesucristo murió, y con su muerte y resurrección nos alcanzó la salvación total y definitiva. Es la gracia, el don de la salvación. Esto no significa, ni mucho menos, que nos crucemos de brazos. La muerte y resurrección de Cristo es una invitación que Él nos lanza para que también nosotros nos unamos a su sacrificio, para que participemos también en el misterio de su muerte y resurrección mediante el testimonio de nuestra fe y el compromiso de nuestra vida. Podemos y debemos aportar a la Pasión de Cristo nuestras propias pasiones: la de nuestras singulares y peculiares cruces y pruebas, la de los grandes sinsabores de la vida, la del sacrificio y la entrega a favor de los demás.

Los padres de la Iglesia y los teólogos han hecho muchas hipótesis, todas ellas profundas y bellas, sobre el significado del relato del Evangelio de hoy. La mayoría de los comentaristas coinciden en que Mateo hace un paralelismo entre el antiguo y el Nuevo Testamento, entre Moisés y Jesús. Moisés, hombre salvador de su pueblo, se transfiguró en el monte Sinaí, su cara despedía rayos de sol y una nube lo envolvió y bajó con una revelación divina, trayendo en sus manos las Tablas de la Ley, o Diez mandamientos. Jesús, el Hijo de Dios hecho hombre, que nos ha salvado por su muerte y resurrección, se transfiguró en el monte Tabot, estando Él en el centro y a sus lados Moisés y Elías, con quienes conversaba. Su rostro resplandecía como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la nieve. En medio de tan fantástico espectáculo, se abre el cielo y se oye la voz del Padre que dice: <<Éste es mi Hijo, el unigénito. Escuchadle>>. En Moisés la escucha era el cumplimiento y seguimiento de las Tablas de la Ley. Pero en Cristo no hay Tablas, porque el mismo Jesucristo es la encarnación viva de las Tablas. Él es <<el camino, la verdad y la vida>> (Jn 14,6). En el Antiguo Testamento bastaba con cumplir estrictamente y casi al milímetro los mandamientos de la ley; era la exigencia de la letra de la ley. Con Jesucristo la cosa cambia: más que la letra de la ley, hay que cumplir con el espíritu de la ley; por encima de la ley está el amor.

El seguimiento de Cristo conlleva un tipo de vida <<cara>>, por seguir con el simbolismo de Bonhoeffer. Es decir, conlleva agradar e imitar perfectamente el mismo estilo de vida del Maestro. Por tanto, a él, que me ha dicho que es mi camino, cómo le sigo, cómo le imito, cómo le amo, cómo me entrego a su causa, que es la causa del Evangelio, son las grandes cuestiones que como cristianos tenemos que plantearnos y que en nuestro interior tenemos y debemos descubrir.

Queridos hermanos, Dios nos pide hoy que también cada uno de nosotros nos transfiguremos, esto es, que iniciemos nuestro camino de conversión a Él, para transformar nuestro corazón de piedra en un corazón de carne, nuestros egoísmos en generosidades, nuestros miedos en confianzas. Nosotros no podemos cruzarnos de brazos; Dios nos invita a actuar ya, ahora. Hemos de vivir nuestra propia transfiguración, y la hemos de vivir, en primer lugar, divinizándonos. En los sacramentos bebemos de la fuente de la que brota el agua que salta hasta la vida eterna. Nos empapamos de la gracia de Dios, que nos transforma en hijos de Dios.

En segundo lugar, la hemos de vivir cristianizándonos. Toda nuestra vida ha de ser un esfuerzo por identificarnos con Jesucristo y su causa, de modo que podamos llegar a exclamar con el apóstol San Pablo: <<Vivo yo, pero no soy quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí>>.

Así, la escena del Tabor es una llamada a realizar nuestras propias transfiguraciones; nuestra conversión del corazón, como camino ineludible que nos conduce de nuevo a la luz de dios, la única que nos ilumina y nos llena de sentido frente a las tinieblas del pecado que azotan sin cesar los pobres y débiles cimientos de nuestra existencia.

Recital literario "Poesía eres tú"

Martes, 18 de marzo | 20,00 horas
Salón de actos | Fundación Miguel Castillejo


En colaboración con la Fundación Miguel Castillejo, la Asociación de Mujeres “Armonía” ha organizado el recital literario musical que bajo el título de “Poesía eres tu” contará con la presencia de Luigi Maráez y Âlime Hüme. Ambos cantautores pondrán música y voz sobre versos de nuestras mejores poetas: Gloria Fuertes, Concepción Estevarena, Gabriela Mistral, Juana Ibarbourou, entre otras.

Para conocer mejor el estilo de Luigi Maráez y Âlime Hüme os dejamos este vídeo grabado durante el mes de julio del pasado 2013 con motivo del XII Festival Internacional de Poesía Moncayo; Solidaridad y Exilio, homenaje a Luis Cernuda. 


Entrada libre hasta completar aforo.

V Cantares de Pasión

Viernes, 14 de marzo | 20,30 horas 
Salón de actos | Fundación Miguel Castillejo

El próximo viernes 14 de marzo tendrá lugar en el salón de actos de la Fundación Miguel Castillejo los V Cantares de Pasión: "El canto de la pasión en la Semana Santa de Doña Mencía"
El evento, organizado por la Asociación Cultural "Cruz del Rastro", contará con la intervención de D. Antonio Cantero Muñoz y la Cuadrilla de Pregoneros y Trompeteros de la Cofradía de Jesús Nazareno de Doña Mencía.

jueves, 6 de marzo de 2014

Primer domingo de Cuaresma

Gén 2,7-9; 3,1-7: Y seréis como Dios en el conocimiento del bien y del mal.
Rom 5,12-19: Donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia.
Mt 4,1-11: No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

Iniciamos el sagrado tiempo de Cuaresma, que la Biblia nos evoca como cuarenta días de oración, penitencia y ayuno. La Cuaresma es el tiempo que nos conduce a la esencia de la existencia cristiana. El misterio de Dios debe ser vivido plenamente. Dios se encuentra en el quicio de cada acontecimiento. Por eso la Cuaresma atraviesa el desierto de la vida para encontrar a Dios en el oasis de la misericordia.

El tiempo de Cuaresma es una invitación a superar nuestras personales y constantes esclavitudes- A veces somos faraones de grandes proyectos y de fantásticas construcciones, pero nos falta el amor, el perdón, la solidaridad, la reciedumbre de espíritu, la armonía, la convivencia. Por eso, la Cuaresma es un gigantesco reto, el reto de la vida, de nuestra personal y singular vida que hemos de afrontar con la gracia de Dios para vencer el mal a fuerza de bien.

Hoy San Mateo nos invita a la reflexión profunda y pausada. Dios nos ha hecho para la vida, pero, inmersos como estamos en medio del mundo, somos zarandeados por la tentación en sus diversos modos y formas. La tentación es como una especie de turbulencia o tribulación de la mente y de la voluntad en la que no sucumbió Jesucristo porque era Hijo de Dios. Los diversos modos y formas en las que esta <<turbulencia y tribulación>> se presenta son múltiples. San Mateo las centra en tres:

La primera: la tentación de querer poner el corazón sólo en las cosas de la vida, sólo en las cosas de la tierra. Es la tentación de querer convertir todo en pan, es decir, la tentación del más puro y sórdido materialismo; es la tentación de querer encontrar el sentido último de la vida en sólo las cosas y las realidades de aquí abajo. Por eso, es la tentación de querer hacer absoluta la inmanencia, como la única realidad de sentido: soy feliz sólo y únicamente entre las cosas y con las cosas. Cuando el hombre sucumbe a esta tentación nos encontramos ante el hombre unidimensional que sólo vive la vida como horizontalidad y nunca como verticalidad. Frente a semejante propuesta de ceguera de sentido espiritual, Jesucristo nos lanza un mensaje claro y directo: <<No sólo de pan vive el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios>>. Es decir, el hombre no se realiza sólo y únicamente con las cosas terrenas, caducas, perecederas, porque el hombre no es una cosa más entre las cosas. El hombre no es sólo inmanente, no es sólo vocación de lo humano; es también, y al mismo tiempo, trascendente, vocación de lo divino. La salvación, el sentido y la realización de la vida del hombre están en Dios. Sólo Dios puede llenar el corazón del hombre, a veces triste de tanta nostalgia del cielo.

la segunda: la tentación del cientifismo, que se concreta en la tentación del positivismo científico. Sólo es verdadero y digno de ser creído aquello que se constata, que se prueba, que se verifica con pruebas físicas contantes y sonantes. La fe es una ilusión, una quimera, un sueño. Por eso Dios, término último de la fe, es un concepto vacío, un sinsentido. Muchos creyentes actuales dejan a un lado su fe en Dios porque dios no se puede probar como sí que dos y dos son cuatro, sin advertir que están confundiendo ciencia y fe. La fe no es demostrable, es creíble; no es pura racionalidad, es razonable. A Dios no se accede por la sola razón. La razón ha de estar informada por el donde la fe, es decir, la razón ha de estar avalada por la confianza y la adhesión personal a Aquel que sabemos que nos ama.

La tercera: la tentación del poder. <<Todo esto te daré si te postras y me adoras>>. Es la tentación del poder por el poder, de dominar a los demás por la sola razón de dominarlos; es la gran tentación adámica: <<Y seréis como Dios>>. Viene le afán de dominio y nos creemos y creamos dioses falsos saciando así nuestra sed de egoísmos y transformándonos en el dios de nuestra propia existencia. Es la soberbia de la vida. Pero poder no tiene sentido ninguno si no se entiende y se ejerce como un servicio a los demás. Jesucristo viene a decirnos que el poderoso no es ningún camino de salvación, lo único que consigue es adentrarse más y más en las sendas que conducen a la perdición, porque la vida no se gana, se malogra. Sólo Dios es digno de adoración. Sólo Dios es Dios.

Queridos hermanos, la Cuaresma es una invitación a realizar el gran proyecto de construir nuestra vida anclados en dios. Tenemos que convencernos poco a poco de que el único Señor que salva es Jesús. Dios no tiene otro rostro que el del Maestro de la misericordia. él mismo nos da sus manos, sus pies, sus fuerzas, su espíritu para iniciar el camino de la conversión, la llamada a la penitencia, la experiencia del amor.